Su caso cobró tal magnitud que en 2010 el gobierno de Indonesia tuvo que intervenir para ayudar al niño a dejar ese hábito, el cual había escandalizado a gran parte del mundo.
Tras dos años de tratamiento médico, Rizal logró dejar el tabaco, pero definitivamente fue todo un reto para él, que para saciar la ansiedad que le provocaba la falta de nicotina, tuvo que recurrir a otro vicio: la comida.
Rizal comenzó a comer de forma compulsiva y entre 2012 y 2013 volvía a acaparar los reflectores del mundo por su deteriorado aspecto.
De nuevo Rizal necesitaba ayuda; así que una nutricionista pediátrica decidió tomar el caso y, tras imponerle un riguroso régimen alimenticio a su paciente, éste muestra gran mejorías,Hoy con 9 años Ardi luce completamente diferente en una nueva faceta de su vida,dejando de lado la adicción al tabaco y viviendo una mejor vida.
Los padres de Ardi revelaron que la adicción comenzó cuando, por una inusitada e inmanejable rabieta, el padre de Ardi le dio su primer cigarrillo cuando tenía sólo 18 meses de edad. Luego, cada vez que no le daban un cigarro, los episodios de berrinches eran más fuertes. A este consumo se unió otra adicción: la comida chatarra.
Ambos hábitos perjudiciales formaron un combo que fue motivo de preocupación mundial. El hecho motivó a que las autoridades de su país tomaran cartas en el asunto y brindaran un tratamiento especial al niño.
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