Ixcanul, la película guatemalteca premiada en el festival de Berlín

La película realizador Jayro Bustamante, Ixcanul se ha convertido en la cinta más premiada en su natal Guatemala, destacando el Premio Alfred Bauer otorgado en el Festival de Cine de Berlín, se presenta en México en el 36 Foro Internacional de Cine.

Basada en anécdotas de mujeres guatemaltecas, narra la vida de María (María Mercedes Coroy) una joven de la etnia maya kakchikel, que vive en las laderas del un volcán, junto a su madre Juana (María Telón) y su padre el capataz de una finca cafetalera Manuel (Manuel Antún).

La familia vive en una casa y terreno prestado, no hablan español únicamente lengua Cakchiquel, pero en una fiesta familiar preparan todo para casar a su hija adolecente con Ignacio (Justo Lorenzo), un joven que trabaja para el patrón y tiene perspectivas mejores de vida, puede ir a la ciudad a trabajar e incluso construir su propia casa y dejarles el terreno que habitan, quieren una vida para su hija.

Pero María está en desacuerdo con este matrimonio, prefiere hacerle caso a El Pepe (Marvin Coroy), un trabajador de la finca conocido por holgazán y tramposo, pero que tiene el sueño de viajar a los Estados Unidos, que está detrás del volcán, en medio únicamente se encuentra México.

Es tanto afán de María de escapar de ese matrimonio que en una borrachera tiene relaciones con Pepe, al cual compromete para que juntos escapen en cuando cobre su sueldo. Ella prepara todo para el día del escape, con el pretexto de llevar una ofrenda al volcán, Pepe hace un día que se ha ido rumbo a los Estados Unidos, sabía que todo se lo había acabado en sus borracheras.

La joven indígena en un intento desesperado por huir decide caminar por la carretera pero con tan mala suerte que se encuentra a Ignacio su prometido, quien la devuelve a su casa. Juana se da cuenta que su hija está embarazada, tienen que deshacerse del producto antes que Ignacio regrese de su viaje a la ciudad. Por otro lado Manuel está preocupado porque lo echarán de la finca si su hija no se casa, además el terreno está infestado de serpientes y así no podrá sembrar la parcela.

Sobre los hombros de María cae la responsabilidad de toda la familia, de su futuro, su padre tendrá que cargar con dos mujeres y un bebé. La joven en un afán por congraciarse con su padre intentará con ayuda de un chamán, ahuyentar a las serpientes de la parcela, pues su madre le ha dicho que a las mujeres embarazadas hasta las serpientes les huyen.

Pero María es mordida, es llevada arrastrando por su padre hasta la camioneta de Ignacio, la llevan al hospital de la ciudad, donde es salvada no así su bebé que falleció, pero podrá tener más hijos.

El dolor no puede ser más para María, ni siquiera dejaron ver el cadáver de su hijo, firmo unos papeles con su huella dactilar, pues no sabe escribir ni siquiera entendió que firmaba. Ella entra en una profunda depresión, aún con la boda en puerta con Ignacio se niega a aceptar la muerte de su hijo.

Es un extraordinario filme, que refleja una realidad de Latino América donde no hay nada peor que ser joven, mujer, indígena y pobre. Destacando el volcán Pacaya y los cafetales como escenarios de esta historia, así como la ausencia de narrador, nos insumimos en la vida de millones de mujeres jóvenes indígenas.

De los reconocimientos de Ixcanul, destacan; el premio a la Mejor Película Iberoamericana y Mejor Director Iberoamericano del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, México; el reconocimiento Catalina de Oro a la Mejor Película del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, Colombia; el premio del Sindicato Francés de Crítica de Cine y Premio del Público, del Encuentro de Cine Latino de Toulouse, Francia: el premio a la Mejor Interpretación de la Competencia Internacional (María Mercedes Coroy) del Festival de Nuevo Cine de Montreal, Canadá (Información Dante Gutiérrez, fotos cortesía Cineteca Nacional).